Un tranvía llamado deseo (1951)

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País: EEUU

Año: 1951

Duración: 120 minutos

Director: Elia Kazan

Elenco: Marlon Brando, Vivien Leigh, Kim Hunter.

Género: Drama

«Joyas, joyas y más joyas», pronuncia Stanley Kovalski (Marlon Brando) cuando abre la maleta de Blanche DuBois (Vivien Leigh), su cuñada, delante de su esposa (Kim Hunter).

«Un tranvía llamado deseo», aparte de ser una grandísima película, es ante todo, un mito, un filme apabullante, la grandeza hecha celuloide. Toda una obra maestra, un drama fuerte e intenso, de una abrasiva y cruda atmósfera, en la que las cuidadas y apasionadas interpretaciones y la esmerada dirección redondean esta vasta obra cinematográfica.

Un matrimonio joven, una cuñada que llega a su casa, con un escabroso y turbio pasado que le provoca un desequilibrio mental; pone en jaque no solo a ese matrimonio sino a las relaciones entre los tres miembros de la familia, abarcando momentos realmente tensos y enérgicos.

Kazan ahonda en las relaciones de pareja y los lazos familiares con este poderoso filme en el que los diálogos transmiten fuerza y rigor y una contundencia a veces abrasiva.

Y las interpretaciones, una pura maravilla, Marlon Brando con una contundencia muy poderosa interpreta a un personaje rudo, violento, con carácter; Kim Hunter como una esposa y la magnífica Vivien Leigh como la hermana desequilibrada de Kim Hunter, una interpretación sublime, cada gesto, cada matiz del personaje, con mucho detalle y mucho cuidado, sin duda soberbio.

Como he mencionado antes, la dirección de Kazan; realmente magnífica, una perfecta composición de planos muy bien escogidos que transmiten fuerza visual y narrativa y representan a la perfección el contexto donde se desarrolla el avance de la acción narrativa. Lo que hace Elia Kazan es matizar con fuerza no solo narrativa, sino visual esta compleja película, y engrandecer la tensión del film que va aumentando in crescendo, todo con una maravillosa fotografía.

Personajes complicados, muy diferentes entre sí, ahogados en un contexto opresor y enviciado, en el que su forma de ser, sus ideales y su pasado chocan frontalmente entre ellos para dejar como resultado una poderosa ola de resonancias dramáticas de futuro ignoto; todo ello en una puesta de escena fantástica, muy teatral (la obra se adapta a la de Tenessee Williams).

El contexto del film se representa prácticamente en la casa del matrimonio joven, lo cual hace que el espectador se sumerja profundamente en esa tensa atmósfera, y sienta la opresión de los personajes o su dudoso e ignoto destino.

En definitiva, un drama soberbio, tenso, crudo, contundente y abrasivo, en el que la perfección de su dirección, las maravillosas interpretaciones, la cuidada fotografía y la decisiva tensión, marcan por completo una obra cumbre del séptimo arte y un clásico irreemplazable.

10

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4 comentarios

  1. ddUn tranvía llamado deseo es, ante todo, una película de actores. Marlon Brando está impresionante en su papel de hombre primitivo, pero Vivien Leigh es la que se sale.
    Ver esta película es como ver una obra de teatro. La acción se desarrolla casi al completo en la casa donde malviven Kim y Brando, lo que ayuda a crear ese clima de agobio que tan bien se refleja.

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    1. Efectivamente Marlon Brando realiza una extraordinaria interpretación, mítica, desgarrada, de hombre rudo, violento y de mal carácter; como la magnífica Vivien Leigh que muestra una de sus más apasionadas y talentosas interpretaciones a la vez que su torrente interpretativo. Los actores hacen muchísimo, grandecen el film a elevadas cotas, pero todo ese potencial estaría en gran parte diluido si no hubiera detrás un excelente director y un potente guión que dieran un impulso a la película para encumbrarla. Como decía el cineasta Charles DW Griffith: «Los actores no deberían ser importantes, únicamente debería serlo el director», en parte tiene razón, por muy buenos actores que hayan, si el director es muy mediocre, no se apreciaría todo el torrente interpretativo del mismo, en gran parte se diluiría la puesta en escena y la fuerza de la película, uno de los trabajos que el cineasta realiza. Un tranvía llamado deseo, desde mi punto de vista, cuenta todo, todo es fuerte y talentoso, todo es desgarrado y apasionado, es una mítica obra maestra.

      Mi más humilde saludo.

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  2. Estupenda película que ambientada en una agobiante atmósfera familiar, una esposa dependiente de un marido violento en sus relaciones interpersonales e incluso familiares, ese personaje bruto y casi primitivo y esclavo él mismo de su situación social y la cuñada, interprentación sublime de Vivien Leigh, interpretación en donde se encapsula la ternura, la locura y el patetismo.

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    1. Completamente de acuerdo, y excelentemente definida por usted el personaje que encarna Vivien Leigh, un pasado que la resquebraja y deja en su estado emocional grandes perturbaciones provocadas por desamores y escándalos. Todo ello le provoca una onda poderosa de perturbación, llegando a un trastorno inminente de bipolaridad. Impresionante los matices de los actores, cuidadísimos, El magnífico dramaturgo Tennesse Williams, y esta magna obra escrita de su puño y letra hacen muchísimo en el film, como la magnífica adaptación llevada a cabo con muchísimo detalle y precaución por Elia Kazan a la pantalla.
      Y por supuesto, como ha mencionado previamente, la magnífica atmósfera, tensa, cruda, agobiante y desesperanzadora como consecuencia. Y las relaciones personales y familiares son retratadas de un modo abrumador, enfocándolo desde el punto más veraz de realización.
      Una gran obra maestra. Me alegro de que haya disfrutado con esta gran obra.
      Saludos.

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