País: EEUU
Año: 1958
Duración: 109 minutos
Director: Richard Brooks
Elenco: Elizabeth Taylor, Paul Newman, Burl Ives.
Género: Drama
En el séptimo arte, para un cinéfilo, hay mitos, filmes grandes, inmensos, permanentes en la memoria e indelebles por su majestuosidad o su grandeza, «La gata sobre el tejado de zinc» es uno de ellos.
Magnífico drama, una obra maestra cinematográfica intensa y apasionada, de cuidadísimas interpretaciones y gran potencial artístico y narrativo.
Empecemos con los actores, Paul Newman y Elizabeth Taylor, magníficos, no se puede estar más resplandeciente y más bello en la pantalla. Destilan belleza y potencial artístico, todo un torrente interpretativo, de apasionadas, esmeradas y excelsas interpretaciones, de personajes con muchísimos matices y carácteres, difíciles, con remordimientos, ilusiones; condicionados por los recuerdos y resquebrajados por el contexto.
Una dirección pausada, con muchísima rigor y fuerza, propia de Richard Brooks. Cada encuadre es un puro acierto, condicionado por el avance narrativo. La puesta en escena llega a la más absoluta y mejor teatralidad, apabullante, decidida, acertadísima, cada movimiento, cada gesto.
Una fuerza narrativa y una intensidad dramática llegando a cotas de grandeza, de desgarradora belleza. El rencor, la hipocresía, la doble moral, las relaciones familiares, los remordimientos, la conciencia, la insatisfacción son muchos de los temas que abarca este inmenso filme, llevado con un talento innato. Un magnífico Paul Newman abarcando a un personaje ahogado por sus remordimientos y su consciencia, en el que el film deja abierto y el espectador interpreta las diferentes características del personaje (múltiples posibilidades), de una ambigüedad manifiesta. De guión complejo e intachable, sin agujeros, magnífico y reflexivo, dando poder y visión al film.
Como he mencionado previamente, esa intensidad dramática es una de las grandes cualidades del film, llegando a un poder y a un nivel altísimo, en «carne viva», sin nunca caer en el sentimentalismo ni en la moralina como muchas películas actuales, sino llegando a la perfección mediante el talento y el trabajo impecable. De momentos realmente emotivos y sinceros, de verdades escondidas y sacadas a la luz, de noticias dramáticas.
«La gata sobre el tejado de zinc» es ante todo un filme apasionado y complejo, una obra maestra desgarradora que ahonda en las relaciones familiares, sacando sus miserias y sus falsedades, así como sus sinceridades y sus pasiones, un contraste perfecto, adaptando magníficamente otra vez el drama escrito por el complejo autor Tenessee Williams.
Excelente.
10